Interxarxes. 17 años de experiencia. ¿Qué hemos aprendido?
Vilanova i la Geltrú
13-09-2017
Interxarxes. 17 años de experiencia. ¿Qué hemos aprendido?
Programa: “Una experiència de 17 anys de treball en xarxa. Què hem après?
- Enfocaments teòrics del treball en xarxa.
- Què tenir en compte en la construcció de les relacions interprofessionals i intersistemes vers el treball conjunt.
- Qüestions complexes en el teixir de la relació.
- Qüestions operatives i pràctiques que faciliten el treball en xarxa.
Bon dia,
En primer lloc volem agraïr-vos la invitació a participar d’aquest espai de formació, per la confianza que havéu depositat en el treball que venim desenvolupant en Interxarxes i també agraïm l’ ocasió de participar en la vostra experiència de construcció d’ un “model col·lavoratiu” que és la forma cómo habéu pensat la vostra mdalitat de treball en xarxa.
Empezaré con una cita de Zygmunt Bauman que dice: La vida de consumo sólo puede ser una vida de aprendizaje rápido, pero también debe ser una vida en la que todo se olvida velozmente.”
Además de rendir un pequeño homenaje a Zygmunt Bauman podemos tomar sus enseñanzas en esta frase, la que hace referencia al aprendizaje rápido y al olvido veloz, para introducir la cuestión del tiempo ya que en vuestro programa habéis mencionado dos significantes: experiencia y tiempo.
Vuestra oferta me ha hecho pensar que no es nada sencillo combinar formación y experiencia. Mientras que formación indica que hay algo que puede enseñarse, una experiencia hay que vivirla, sólo puede decirse de algo que es vivido y que apunta en todo caso a una transmisión. Una experiencia te trasforma: uno no es el mismo antes y después de atravesar una experiencia, sea la que sea.
Mi idea entonces es combinar una transmisión, lo que ha supuesto para mí participar de un trabajo en red y lo que he aprendido para mi formación.
Una cosa importante que he aprendido a partir de vuestra oferta es que es difícil hablar de Interxarxes sin idealizar el trabajo en red. A ver si lo consigo.
Efectivamente Interxarxes nació hace 17 años como un proyecto de trabajo en red pensado por y para los profesionales del distrito Horta Guinardó que trabajaban con la infancia y con las familias.
Hoy en día lo consideramos un programa porque hemos elaborado un modelo, una forma de entender el trabajo en red. Es una forma de trabajar en red que está ligado a una época, un lugar y unos profesionales, es decir, estamos seguros de que no hay un único modelo y creemos, además, que lo importante es ver cuál es el que conviene en cada caso.
Este punto ya es una de las cosas que hemos aprendido: a veces, sobre todo cuando hemos ido a hablar de Interxarxes a los representantes de las instituciones, nos hacen la pregunta de por qué este modelo no se ha replicado en otros lugares. Al principio creímos que era posible esta “réplica” pero nos dimos cuenta de que no, de que en cada lugar la demanda aparece de forma muy diferente. Por ejemplo, aquí en Vilanova, según he visto en el texto que me envió Arantxa Rodríguez,(1) hay un punto de inflexión, un momento, a partir del cual, se hace necesario, subrayo la palabra, necesario, pensar de nuevo el “trabajo integral” entre los profesionales de lo social y de la salud. Esta es una particularidad que hay que tener presente. Cómo se empieza, de donde surge la necesidad.
Si he subrayado el término “necesario” es porque es un adjetivo que también contemplamos en la experiencia de Interxarxes. Siempre sostenemos que el programa Interxarxes surgió de una necesidad de trabajar juntos los profesionales de servicios sociales, de educación y de salud mental para encontrar formas de responder a las demandas que planteaba la época.
No fue un proyecto que se impuso desde ninguna administración, aunque no podría haberse desarrollado sin ellas, como luego veremos. No nos cansamos de repetir esta particularidad porque si Interxarxes se ha mantenido tantos años es porque esta necesidad la hemos puesto en primer plano.
Esta necesidad es lo que hace que Interxarxes se mantenga y que los profesionales continúen demandando la participación del programa a la hora de pensar cómo orientarse en un caso.
Es decir, partiendo de la necesidad, se puede obtener un beneficio, una satisfacción que genere una demanda y prepare la vía para acceder a un deseo. “Hacer sostenible una práctica en red supone tener claro un principio axiomático: hace falta que cada cual, destinatarios (familias y sujetos), responsables institucionales y profesionales, encuentre su beneficio”, nos recuerda JRU en su libro La construcción del caso en el trabajo en red. Teoría y práctica. Este beneficio puede mostrarse de diferentes formas, en forma de mejora de la calidad asistencial, en forma de mejora en la colaboración entre servicios, en forma de optimización de los recursos, en forma de un alivio de la angustia.
En el caso de Interxarxes, esta necesidad inicial se concretó en 5 puntos que fueron considerados además los objetivos del programa
- El primero de los cuales fue mejorar la calidad asistencial evitando la duplicidad de las intervenciones o la ausencia.
- Aumentar el conocimiento de la infancia y las familias en el distrito.
- Aumentar el conocimiento de los profesionales sobre el trabajo en red.
- Tramitar la angustia
- Mejorar los recursos existentes o crear otros nuevos.
Esta posibilidad de trabajo a partir de la necesidad, no habría tenido un recorrido de 17 años, de esto también estamos seguros, si desde el primer momento las instituciones no se hubieran involucrado. Desde el origen, tanto el distrito con su regidora Elsa Blasco, como el IMSS, desde que se creó, como el CSMIJ, como educació, mostraron su apoyo y alentaron a sus profesionales a la participación.
En este momento hay un Consell Assessor presidido por la regidora del Districte en el que participan las diferentes administraciones, que se reúne una vez al año. Hay también un Comité técnico formado por profesionales de servicios sociales, educación, salud mental, CDIAP, EAIA que se reúne 5 veces al año y un equipo de coordinación formado por la coordinadora, en este momento es Fina Borràs, coordinadora del CSMIJ y la adjunta a la coordinación, que soy yo.
Esta necesidad detectada por los profesionales llegó en un momento social muy preciso. Por un lado, era el tiempo de las redes que introdujo cambios fundamentales en los lazos sociales, por otro lado, empezaban a aparecer nuevas problemáticas que se repetían en los diferentes servicios: absentismo escolar, violencia entre jóvenes, primeras dificultades de integración de los alumnos inmigrantes, consumo de drogas, etc.
Aparecieron también nuevos recursos y profesionales con una capacidad crítica y de análisis que se interrogan sobre qué es lo social y participaban de los debates del momento. La pregunta por lo social ha hecho un gran recorrido que va de lo asistencial a lo vincular. Hoy en día, una de las dificultades de los profesionales que trabajamos con los sujetos es generar un vínculo y mantenerlo. La caída de los ideales alrededor de las figuras paternalistas ha hecho emerger en primer plano la desconfianza. En este momento, ninguno de los profesionales que trabajamos en la atención a las personas, tenemos asegurada, de antemano, la confianza de los sujetos. La confianza, como la autoridad, hay que ganársela.
Responder a las personas que solicitan nuestra atención en estos tres campos básicos, como son la educación, la salud y el trabajo social, la necesidad de trabajar en red, se nos impone. Tal y como lo ha recogido Arantxa, citando JRU: No hay tratamiento fuera de la red, ni es posible pensar nuestra intervención profesional al margen de otras intervenciones, las conozcamos o no. Todo lo que hacemos es relativo a nuestro lugar en la red, el tiempo de los saberes y las disciplinas absolutas pasó. La alternativa que nos queda es ritualizar nuestra intervención, someter nuestro acto profesional al control del protocolo y acabar quemados porque la complejidad de los casos con los que nos enfrentamos, no se van a dejar someter al control que establecen los protocolos. Hay que tener encuentra, que un protocolo, de por sí, controla a la vez al profesional y al usuario
Personalmente conocí Interxarxes a partir del caso de un niño que atendía. Por mi cuenta, como era un caso muy grave, me había coordinado con su tutor, con su psiquiatra, con la trabajadora y la educadora de los servicios sociales, pero cuando asistí a la primera reunión de Interxarxes, me di cuenta que esa era la forma de trabajar, que no había más remedio que trabajar juntos para orientarnos y orientar, en mi caso, la cura ya que estaba allí como psicóloga del chico, pero además me di cuenta que eso es lo que yo quería. Me interesó muchísimo lo que aparecía en aquellas reuniones.
Después de esta introducción he pensado organizar mi formación a partir de las preguntas que José Manuel Rivera me envió y que han sido presentadas en el programa de esta formación
- Enfocaments teòrics del treball en xarxa.
En el prólogo del libro de JRU, El trabajo en red…. que lo escribió la regidora Elsa Blasco, decía: El trabajo en red nos enseña que hoy ya no es posible pensar en soluciones individuales para las cuestiones candentes: la precariedad social, las dificultades en la escuela, los desánimos y las patologías en la salud mental… Si no somos capaces de abordarlas con un enfoque global y de manera colectiva, difícilmente avanzaremos.
Ha pasado tiempo desde que el libro se editó y ha pasado tiempo desde el comienzo de Interxarxes, sin embargo, vuestra invitación indica que 17 años no es nada y que hay que seguir avanzando en este punto.
Seguimos comprobando la necesidad de pensar colectivamente las problemáticas con las que nos encontramos y necesitamos un método para abordar esta forma de trabajo colectivo.
En la introducción del libro de José Ramon Ubieto (2012), p. 13, leemos lo siguiente: En el trabajo en red, todo caso debería construirse, pues, a la manera de Las meninas. Como Velázquez en el cuadro, los profesionales se retratan allí mismo porque ellos forman parte del cuadro (Miller 2010). El profesional, a diferencia del experimentador en su laboratorio, no es un personaje externo puesto que pertenece de lleno a la experiencia. La “contaminación” subjetiva está asegurada porque el vínculo transferencial que un profesional establece con las personas a las que atiende, no es aséptico ni neutral, es un vínculo de compromiso en el que él pone su saber teórico, sus competencias y obligaciones legales, pero sobre todo pone su implicación personal como elemento clave en la génesis de la confianza y de su autoridad profesional.
Los elementos teóricos de los que os hablaré pertenecen fundamentalmente a la experiencia concreta de Interxarxes tal y como José Ramón Ubieto ha conceptualizado en sus dos libros: El trabajo en red. Usos posibles en educación, salud mental y Servicios Sociales (2009) y La construcción del caso en el trabajo en red. Teoría y práctica. Y Precisamente por eso no pretendo hacerlos generales sino que simplemente pueden servir como incitación para poder pensar en los que más convengan a cada experiencia en concreto.
JRU escribe que hay tres principios básicos en el trabajo en red: p. 87
- El saber como resultado de una elaboración colectiva
- La interdisciplinaridad como articulación de los saberes de las diferentes disciplinas
- La participación y la corresponsabilidad como exigencia ética
El elemento teórico prínceps de Interxarxes, es la centralidad del caso
Así, la definición de trabajo en red alude a la tarea que varios profesionales establecen partiendo de la atención que requiere un caso común, pero siempre y cuando ese trabajo se inserte dentro de un plan más general, que es el mismo proyecto Interxarxes p. 22, es decir, un plan que promueva una orientación, permita su sostenibilidad y evite la deriva de las prácticas espontáneas y voluntaristas p. 22
Es decir, se trataba de construir un saber común y para ello, además de la atención a los casos, era necesario pensar una formación que nos ayudara a conceptualizar lo que nos mostraba nuestra práctica de trabajo, juntos.
De esta forma se fueron configurando los cuatro puntos cardinales:
La atención a los casos
La formación de los profesionales
La investigación
El trabajo comunitario
En Interxarxes elegimos para orientarnos un modelo que pone en primer plano la confianza en las invenciones concretas de los diversos agentes de la red: familias, sujetos, profesionales y políticos. Al elegir este modelo nos alejamos del modelo de la gestión que no contempla la dimensión del sufrimiento. La famosa “gestión de las emociones” se ve impotente a la hora de clasificar, controlar y medir del todo lo que es tanto del orden de la satisfacción como del sufrimiento del ser humano. Lo que nos interesa es la palabra singular, en la palabra del uno por uno, de los profesionales, de los usuarios.
Por eso, añadimos a nuestro método, la conversación como la forma para abordar el malestar, palabra que en su generalización incluye tanto la dimensión de la satisfacción como la del sufrimiento. Elegimos entonces la conversación como estrategia para abordar el malestar presente en cada caso o situación que tratamos con el objetivo de devolver la capacidad de acción a los actores de la red: las familias, los niños y los profesionales.
Esta estrategia de la conversación exige de un método que pueda ser consensuado por los profesionales y desarrollado en su conjunto a la vez que sostiene las diferencias de cada uno de los roles profesionales. Este es un punto muy importante y ha sido señalado por Ramon Almirall, psicólogo del EAP y coodinador de Interxarxes durante 4 años. El usaba una metáfora marina: cada palo aguanta su vela. Para señalar que el acto profesional es sostenido por cada profesional en su diferencia.
Un método también que favorezca un encuentro regular alrededor del caso y que permita poner a prueba tal construcción.
Algunos de los profesionales que pertenecemos a Interxarxes tomamos como referencia la orientación psicoanalítica de Freud, Lacan y otros psicoanalistas actuales. Principalmente consideramos una idea de subjetividad que contempla la hipótesis del inconsciente. Que piensa en un sujeto dividido por un conflicto entre lo psíquico y lo social y afectado por un saber, que no sabe que sabe, pero que actúa y está en la base de nuestras conductas y nuestros síntomas. De ahí la importancia de considerar que hay una relación con el saber tanto en los profesionales como en los sujetos que atendemos y que esta consideración nos permite formular hipótesis de trabajo para orientarnos en un caso.
Los casos a trabajar en Interxarxes pueden ser propuestos por cualquier profesional del distrito. Una vez el equipo del caso, es decir, los profesionales que trabajan en él, está reunido, ¿cuáles son los pasos que proponemos para la construcción del caso?
- Analizar las demandas iniciales
- Explicitar la hipótesis que tiene la persona sobre lo que le pasa
- Redefinir, por nuestra parte, cómo vemos nosotros el problema. No se trata de negar lo que el sujeto dice, sino de ver cuál es la posición que adopta respecto de lo que le pasa, de qué manera se siente responsable o piensa que toda la responsabilidad es del otro.
- Analizar cuáles han sido las soluciones que ha inventado, que ha implementado el sujeto para responder a sus problemas.
- Proponer nuevas estrategias de intervención teniendo en cuenta los elementos analizados
- Establecer un plan de trabajo en el que figuren los objetivos, los acuerdos y la fecha de la próxima reunión
- Què tenir en compte en la construcció de les relacions interprofessionals i intersistemes vers el treball conjunt.
Para Interxarxes, la perspectiva del caso ha estado en el punto de partida y siempre está en el punto de mira.
Por ejemplo, los espacios de formación toman sus temas de los casos trabajados.
Hemos descubierto que no hay mayor innovación en la práctica del trabajo con las familias y con los niños, que la que plantean los casos, uno por uno. Tratar de la violencia intrafamiliar, por ejemplo, surgió a partir del caso de un niño de 8 años con serios problemas de agresividad en la escuela. Con padres separados pero en continua disputa y con gran inestabilidad a nivel del domicilio. En un momento este chico le dijo a la psicóloga del EAIA – yo solo quiero estar con mi mamá, tener una casa y tener comida –
Los espacios de formación incluyen un desayuno que resulta una ocasión excelente para el lazo social entre profesionales.
Centrarse en el caso, desde nuestra experiencia, es lo que facilita, porque da un sentido a las relaciones interprofesionales. Ahora bien, ¿qué es un caso?
Entendemos que un caso no existe por sí mismo. No son los datos o las informaciones que puedan agruparse en un expediente. Existen los expedientes que cada profesional pueda manejar respecto de su usuario, o de su paciente o de su alumno.
La acumulación de datos no nos da la lógica del caso. Esto es lo que buscamos, la lógica del caso a partir de lo que dicen los sujetos y a partir de lo que cada profesional pueda decir sobre su vínculo transferencial con el sujeto que atiende. Esto es lo que nos permite formular hipótesis, ponerlas a prueba para orientarnos en la dirección del caso.
Un caso implica siempre una pregunta, un interrogante sobre el que gira la conversación. Se trata de poner en el centro no el saber sabido, sino justamente lo que no sabemos. Dejarnos sorprender por lo particular. En esto proponemos la técnica freudiana de tomar cada caso como si fuera el primero.
Aquí he pensado en incluir el ejemplo de uno de los casos que trabajamos. La demanda para incluir el caso en Interxarxes llegó a partir de la preocupación de la Trabajadora social y de la psicóloga, porque dos hermanos de 13 y 14 años estuvieran implicándose en asuntos de bandas. No todos los datos que aportaban los profesionales sobre estos chicos, coincidían con el temor inicial. Por ejemplo, en el instituto no eran ejemplares pero tampoco llamaban especialmente la atención. No tenían este temor, ni veían indicios de que estuvieran “captando” a otros chicos. Sin embargo “se sabía” que pasar desapercibidos era uno de los rasgos que utilizaban las bandas para captar a otros chicos.
En la familia, de origen sudamericano, había antecedentes de pertenencia a bandas latinas: el padre, había pertenecido a una en su juventud, también. Esto confirmaba los temores de algunos de los profesionales así como algunas lesiones que uno de los chicos había presentado. El educador de calle, que fue invitado a participar en una reunión de equipo, indicó que no los conocía pero señaló como algunos chicos dicen pertenecer a bandas latinas para darse importancia o para protegerse. Las entrevistas con la madre no arrojaban mucha claridad, ella prefería decir que todo iba muy bien en la familia. Sucedió que en el Instituto, a propósito de S. Jordi, el mayor de los hermanos, el de 14 años pintó un mural con vistosos colores en el que se podía leer la palabra ¡prende! ¿Cómo interpretar esta pintura? Podía interpretarse como una expresión de violencia y en ese sentido se acercaba más a la sospecha y a la preocupación de los profesionales, sin embargo el chico lo que dijo es que quería hacer una obra de arte. Había firmado su obra con su nombre y apellidos. Habló de su gusto por la pintura y el dibujo, y expresó que quería dedicarse al grafismo. El hermano pequeño, a su vez, era alguien que destacaba por su destreza informática, comentó su tutor. Pudimos hacer la hipótesis de que estos chicos presumían, se identificaban o se protegían con el estilo de las bandas porque ese era un rasgo familiar. El hermano mayor tranquilizaba a su psicóloga diciéndole –no todas las bandas son malas- Pensarlos como chicos interesados en la informática o el grafismo, nos permitió verlos de otro modo y orientarnos y orientarlos, en esta dirección.
Hemos comprobado que este método de la construcción del caso con el que trabajamos ha dado algunos resultados interesantes como que por ejemplo, algunos casos de difícil abordaje pasan a resultar interesantes a partir de hacer de la dificultad, una investigación.
De repente, en vez de soportar solo la miseria del mundo, nos convertimos en investigadores y podemos salir del impas de la repetición, algo muy habitual y que confirma el refrán de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y producir un saber nuevo, a partir de algunos detalles que nos proporcionan los casos, que podemos poner a prueba.
Como el caso de un adolescente con múltiples expulsiones del Instituto en el que ya se planteaba su inhabilitación y con una clara negligencia parental, descubrimos en la reunión del equipo del caso a través de la enfermera del CAP, que había estado ingresado varias veces por crisis asmáticas. El chico identificado a sus problemas de comportamiento y a punto de ser propuesto para ingreso en un CRAE, se nos presenta ahora como un chico angustiado cuya capacidad de respirar está tan limitada que trata de evitar la angustia de morirse con sus pasajes al acto continuos. La tutora confirma que en sus reivindicaciones salvajes parece que se vaya a ahogar. Este saber producido colectivamente, es un elemento a tener en cuenta para apostar por el trabajo en común. Nos damos un tiempo para ver qué efectos tiene en el chico cuando su psi del CSMIJ le invite a hablar de sus problemas respiratorios, a la vez que informamos a los padres del sufrimiento del chico y proponemos otro recurso educativo.
O el caso de una niña perteneciente a una familia en la que había consumos, violencia, patología mental, que jugaba en el patio de la escuela a hacerse la borracha, la pobre, la drogada. Esta niña siempre se peleaba y agredía a otras compañeras. Un día le rompió las gafas a una de las niñas, su tutora le preguntó por qué lo había hecho y ella le dijo que porque era la más lista de la clase. La maestra se sorprendió y le preguntó si ella quería ser lista –pues claro-, dijo la niña. Ah! Dijo la maestra, no lo sabía, nunca me lo habías dicho. A partir de ahora lo vamos a tener en cuenta tanto tú como yo- La niña, a partir de entonces fue pensada como la niña que quería ser lista y eso fue modificando la relación con la maestra y con los padres que escucharon algo diferente de su hija se porta mal- y la conducta de la niña fue mejorando.
- Qüestions complexes en el teixir de la relació.
Uno de los tres peligros con los que se enfrenta la humanidad, después de los desastres naturales y las enfermedades, decía Freud, son las relaciones entre las personas.
El hecho de estar constituidos a imagen y semejanza de otro, nos sitúa de entrada y eso se mantiene a lo largo de la vida, en el campo de la rivalidad. Nos constituimos a partir de la imagen del otro y nuestro deseo es, el deseo del otro. Curiosamente a la vez que el otro resulta nuestro rival, también resulta la fuente de nuestro conocimiento. El niño que quiere arrebatarle a su compañerito el objeto con el que juega está ampliando su campo de conocimiento al querer poseer el objeto que tiene el otro. En algún otro momento van a descubrir que se puede jugar juntos y que es, incluso, más divertido.
Sin embargo esta rivalidad estructural con el semejante, no ha impedido que desarrollemos fórmulas que nos permitan trabajar juntos. JRU explica en su libro La construcción del caso como la UNESCO por ejemplo dio un empuje definitivo a la perspectiva del trabajo interdisciplinar con el objeto de encontrar soluciones comunes a los problemas contemporáneos, especialmente desde el punto de vista científico y tecnológico.
Quizás apoyándonos en la disciplina que nos da la profesión, eso nos permite acomodar, enmarcar las diferencias con el otro, más allá del tú a tú. Por eso preferimos el término interdisciplinar al de multidisciplinar.
La relación en el trabajo en red, no es una relación de amistad, es una relación profesional en la que hay un objeto de estudio, como hemos dicho, es la construcción del caso.
La pregunta ¿cómo puedo participar yo como trabajador social, o como médico de la construcción del caso? Permite ubicarse en la posición correcta y co-responsabilizarme con el otro, que a su vez, y desde su disciplina, se hace la misma pregunta.
Alguna de las críticas que podemos escuchar sobre el trabajo en red, como que no es muy eficaz, o que lleva muchas reuniones y a veces sus resultados no son inmediatos, suelen pensarse bajo el paradigma de que hay otro que ha de decir qué hacer o por dónde ir. Pensamos por eso que la co-responsabilidad es un principio ético que hay que estar dispuesto a asumir junto con la participación.
Como coordinadora de los equipos de casos, que es uno de los trabajos que realizo en Interxarxes, cuando las rivalidades aparecen, siempre trato de volver al caso y usarlo como texto para corroborar las diferentes opciones que puedan aparecer y si estamos teniendo en cuenta las demandas que el caso nos plantea. Tomar las posiciones de los profesionales no como quien sabe más, no como rivalidades sino como efecto de las diferencias disciplinares. La tensión entre lo que el caso nos muestra y el saber sabido, que es nuestro pecado profesional en todas las disciplinas, puede ser productivo si estamos dispuestos a dejarnos orientar por la lógica del caso y permitir una salida a la tensión imaginaria del tú o yo.
Una madre, por ejemplo, con una disminución física importante, puede rechazar las propuestas de los profesionales de servicios sociales y ponerse a total disposición de los médicos de salud mental, por temor a que le quiten los niños, pero en realidad el temor era propio, ya que ella no estaba segura de poder seguir haciéndose cargo de sus dos hijos gemelos que estaban entrando en la adolescencia, al percibir que ya no podía contenerlos como lo hacía cuando eran pequeños.
Generalmente los casos que llegan a Interxarxes tienen una trayectoria larga por los diferentes servicios, sobre todo en los servicios sociales. Hemos comprobado también el beneficio para los profesionales que se incorporan a un caso si este está sostenido desde el trabajo en red, para poder incluirse sin tener que empezar de nuevo del todo. Y a propósito de esto también hemos comprobado cómo en muchos casos, estos profesionales nuevos pueden aportar un elemento de novedad al caso que facilita la orientación.
En un caso, la inclusión del director del club de futbol al que asistía el chico permitió entender que los problemas de comportamiento que el chico presentaba estaban muy en relación a la inestabilidad familiar: era el tercer desahucio por el que pasaba la madre con sus dos hijos, además de por un gran número de profesionales. – eres la cuarta psicóloga que veo- le dijo este chico de 9 años a la psicóloga del centre obert. Por el contrario, en el futbol, no se puede decir que fuera un santo pero él quería jugar y a través de este deseo y la satisfacción que le daba jugar, se podía hacer cargo de las normas.
Es necesario contar con las resistencias a participar en un equipo interdisciplinar que pueden tomar diferentes formas, una de las más comunes es un cierto recelo por la confidencialidad de los datos. Es verdad que este es un tema delicado que nos ha dado problemas en algún caso: una tf por ejemplo contó a la madre algo de las reuniones que puso en riesgo todo el trabajo de los profesionales.
Hicimos de este tema objeto de un Fórum: L’intercanvi de dades en el treball en xarxa. Ens informem o ens comuniquem. Una de las conclusiones de este fórum fue justamente que la confidencialidad no podía ir en contra del trabajo colaborativo.
En nuestras reuniones de casos hay un compromiso de confidencialidad y además el acta que redactamos de cada una de ellas sólo puede ser usada por los profesionales que participan del caso.
Las dificultades a la hora de tomar de decisiones, es también un tema a debate. También lo llevamos a un Forum: El risc de decidir. La presa de decisions en el trebal en xarxa
La gestión del tiempo es otra forma de resistencia que suele aparecer y que choca con la prisa del tiempo en el que vivimos y que nos apremia como profesionales. Algunos profesionales no tienen tiempo para reuniones de equipo, sumamente necesarias por lo que su labor profesional queda reducida a la aplicación de protocolos o a dispensar recursos. En Interxarxes hemos comprobado que si en una reunión te puedes juntar con los 5, 6 o 7 profesionales que atienden un caso, en realidad te has ahorrado 5 o 6 o 7 reuniones o llamadas de teléfono.
Es importante darse el tiempo pero también es importante aprender a gestionarlo. Cada reunión de equipo dura dos horas como máximo y nos reunimos cada dos o tres meses, según lo requiera el caso. Hay también que darse el tiempo para comprobar los beneficios, es muy probable que de entrada, no se vean.
- Qüestions operatives i pràctiques que faciliten el treball en xarxa.
En Interxarxes nos sirvió diferenciar entre coordinación y trabajo en red.
Siendo la coordinación una estrategia necesaria y muchas veces suficiente, creemos que para abordar situaciones de alto riesgo y gran complejidad, es necesario dar un paso más y construir una red que trabaje según una metodología que en el caso de Interxarxes contempla cinco requisitos:
El trabajo en equipo como preliminar
La teoría de los ciclos como guía de actuación, o lo que es lo mismo, ninguna solución dura para siempre.
Una disciplina como soporte de la construcción del caso
La interdisciplinaridad como paradigma
La conversación como principio rector p.64
En la p. 65 del libro de JR La construcción del caso en el trabajo en red, figura un cuadro con las diferencias entre un procedimiento y otro.
Del lado de la coordinación:
El encuentro presencial u online, es bilateral
La frecuencia es aperiódica, a demanda, podríamos decir
Se intercambia la información
Las decisiones son unilaterales
Multidisciplinar
El procedimiento es oral
No hay un referente definido
La evaluación es opcional
En general es eficaz en casos de bajo o medio riesgo.
Del lado del trabajo en red:
El encuentro es presencial, cara a cara y multilateral
La frecuencia es regular
Se construye el caso: se toman las informaciones para establecer hipótesis, debatir y proponer acuerdos.
Las decisiones son acordadas
Interdisciplinar
Hay un referente claro
Hay una evaluación consensuada
Se aplica a casos de alto riesgo.
Fundamentalmente se podrían resumir en tres las diferencias: la conversación cara a cara, la construcción del caso y la elaboración de un saber colectivo que se pone a prueba.
Interxarxes se pensó como una red que funcionara de una manera éxtima a las otras redes existentes: la de los servicios sociales, la de educación, la de salud. Extima quiere decir que si bien es externa, no se confunde con las ya existente, ni las suple, ni las jerarquiza. Al tiempo es íntima porque está formada por los mismos profesionales que integran los servicios.
Yo creo que esta estructura ha resultado muy original, es muy beneficiosa, es muy necesaria y a la vez es muy difícil. La pregunta es ¿puede un profesional del EAP, por ejemplo, o de servicios sociales, o del CSMIJ, colocarse como extimo en un caso en el que él mismo está también interviniendo?
Hemos hecho la prueba y puede. Sin embargo no es algo que se pueda exigir, es algo que hay que querer
Porque en una reunión de un equipo de un caso, tiene que haber alguien, un referente, un coordinador que se ocupa de poner las condiciones para que el equipo se reúna, para que el equipo converse, para esclarecer la lógica del caso, para plantear una hipótesis del funcionamiento de la familia o de algún miembro de ella, para formular acuerdos, que escriba en una acta el procedimiento y que convoque a la próxima reunión.
Llegados a este punto podríamos preguntarnos si es necesario un líder en el trabajo en red. Yo no tengo una respuesta a esta pregunta. De hecho, tengo que deciros y agradeceros porque esta pregunta me ha surgido a partir de la oferta de esta formación. Dada la experiencia de Interxarxes, diría que en todo caso se trata de un liderazgo que no puede ser sino compartido. JRU en el caso de Interxarxes, junto con un profesional del EAP: Ramon Lledó y con una psicóloga del CSMIJ: Marta Dot, tuvieron la idea y la visión de poner en práctica una forma de trabajar en la que aprovechar de una forma más eficaz, los recursos existentes en la zona de Horta Guinardó. Ahora bien, ellos no empezaron solos, su idea se fue construyendo y el éxito siempre ha sido compartido. JRU dice que lo construyeron a “golpes de invención” (p.174)
Los profesionales de Horta Guinardó que participan en el programa Interxarxes lo hacen en diferente grado. La gran mayoría han participado en el seguimiento de algún caso. Asisten a los espacios de formación. Formaron parte de los grupos de discusión en la investigación que hicimos sobre los costes y beneficios. Algunos de ellos: 13 en total, participan del Comité Técnico que es el órgano donde se elaboran las líneas de actuación, uno de nosotros, JRU, ha escrito dos libros y algunos hemos escrito artículos.
Un objetivo muy importante en Interxarxes es que la coordinación del programa siguiera una rotación entre las tres redes profesionales originales: servicios sociales, salud y educación. Este objetivo, conseguido, no ha sido sin dificultades. Servicios Sociales, en la persona de JRU, como he dicho, lo coordinó durante casi 11 años, los primeros de los cuales con una disponibilidad de horario que restaba de su horario oficial. Eso no pudo continuar y fue necesario contratar a alguien externo que trabajara junto con el coordinador del programa. Esa persona soy yo. Que entré a formar parte del programa en el 2010. La segunda rotación fue elegida por R. Almirall, psicólogo del EAP y sostenida por su institución. Después de 4 años, había que elegir otro coordinador y esta vez la propuesta vino de la Institución, fue salut quien propuso a Fina Borràs que es la coordinadora del CSMIJ para coordinar el programa 4 años más y ella aceptó.
Arantza tomaba otra referencia de JRU que dice: “la coordinación profesional no se transmite con ideales sino con prácticas efectivas”. Me parece que es una enseñanza muy interesante y que está bien que la podamos situar.
Uno de los primeros textos que trabajamos en Interxarxes fue el de un antropólogo francés, Jean Loup-Herbert, responsable de la red local de salud de la ciudad de Lyon. El texto se llamaba: “La red, método o ideología” (2002) y nos dejaba dos ideas fundamentales: la responsabilidad y el poder de los trabajadores para intervenir sobre lo social y, el segundo, el riesgo de su idealización.
Como os decía antes, hay el riesgo de idealizar el trabajo en red.
Nos hemos apoyado en el primer punto para escapar del segundo. Podría decirlo así a la espera de que encontremos otra forma de plantearlo, que el liderazgo se ha de entender como que está al alcance de cada uno de los participantes de la red, sólo tiene que autorizarse a tomar la oferta que la red le brinda. Esta oferta puede venir a través de la participación en el seguimiento de un caso, pero también en la exposición del mismo en un espacio de análisis de casos, a coordinar una mesa, a presentar un taller, etc. En este sentido hemos ido introduciendo cambios que apuntan fundamentalmente a facilitar la participación, cuanto más amplia mejor, de los profesionales después que valoramos que algunos espacios estaban vaciándose. Hacer pequeños talleres anima a que la gente pregunte más directamente y participe.
Esta es una buena forma de tratar ese síntoma de que el pez grande se coma al pequeño: pensarte como un profesional que formas parte de una red de cuya construcción y dinámica, eres efecto.
Para terminar voy a tomar un caso. Uno de los 8 primeros casos que se seleccionaron en la prueba piloto y del que formaba parte como psicóloga del chico.
La idea inicial era “trabajar con estos casos para establecer un modelo de trabajo en red estable y generalizado a los servicios”.
Todos los casos seleccionados estaban afectados de una problemática triple, es decir, intervenían al menos tres servicios que generalmente eran: CSMIJ, Servicios Sociales y Educación y eran casos en los que había un riesgo.
La preocupación se centraba en un chico de 13 años, que vivía con sus abuelos maternos y con un tío ciego. Los padres del chico sufrían trastorno mental y en el caso de la madre, también consumo. Era la abuela materna quien tenía la guarda del chico y quien expresaba su angustia frente a los avatares del crecimiento de su nieto: problemas en casa y en el Instituto, problemas de límites, de horarios etc. Se planteaba la duda de si los abuelos podían seguir ocupándose de él o había que pensar en un ingreso en un CRAE.
El “equipo del caso”, es decir, los profesionales que trabajábamos con esta familia: servicios sociales, CSMIJ, EAP, Escuela, terapeuta privado, fuimos convocados a una primera reunión en la que se plantearon algunas preguntas:
¿Cuál es el objetivo de reunirnos para hablar de este chico?
¿En qué podemos ayudarle?
¿Qué podemos ofrecerle?
Resumo mucho el caso para no extenderme pero las respuestas que se planteaban giraban alrededor de: Que sea feliz, Que no sea un dependiente de los servicios sociales, que se identifique con el personaje más sano de la familia.
En el análisis que hicimos del recorrido de este chico, lo que apareció es que años atrás él hablaba mucho de personajes como Tom Sayer y Pipi Calzaslargas, principalmente. El trabajo que se hizo sobre estas elecciones indicaba que estos personajes le servían para pensar cómo hace un chico para crecer sin padres.
¿Qué soluciones había buscado? ¿Qué había inventado? Descubrimos entonces que él había hecho su propia red: que él se fijaba en el padre de algún amigo, o en los hermanos mayores de sus amigos, o en un amigo de su tío, que había hecho buen vínculo con sus tutores del colegio, también con el voluntario que le acompañaba a las sesiones de psicoterapia, es decir, que era un chico que hacía buenas elecciones.
Descubrimos también que la abuela tenía una relación de confianza con la trabajadora social en la que se apoyaba no sólo para obtener ayudas económicas, sino también para responder de los avatares que un situación familiar muy compleja: dos hijos enfermos y un nieto que mostraba todos los indicadores de su entrada en la adolescencia.
Aprendimos muchas cosas de este caso: cómo los sujetos construyen su propia red. ¿Cuáles son sus invenciones? ¿En quién confían, en quien no? ¿En quién nos podemos apoyar para indicarle tal o cual cosa? ¿Cómo generar su confianza? ¿Cómo incluirnos en su red?
Aprendimos también a diferenciar los ideales de los profesionales, de los recorridos de los sujetos. En este caso, por ejemplo, el ideal de felicidad, no coincidía con el recorrido del chico ni de la abuela. Ninguno de los dos decía que quería ser feliz
O que no fuera un dependiente de los servicios sociales. En realidad la abuela que era alguien que demandaba mucho, sabía hacer un buen uso de los servicios sociales o de las ayudas, por ejemplo, se dejaba acompañar, para resolver sus dificultades.
Apareció también la idea de que era mejor que el chico se identificara con el tío que con el padre. El chico tenía buena relación con el padre. Él pensaba que el padre estaba enfermo por culpa de su madre y también quería mucho al tío, pero él a quien se quería parecer era a un amigo del tío al que le gustaba la música, las chicas y las discotecas.
Otro de los aprendizajes que obtuvimos fue comprobar que como profesionales podemos formar parte de los otros referentes distintos de los paternos, con los que un chico puede contar.
Pero las dificultades que planteaba el caso, especialmente el aumento en los problemas de comportamiento del chico. En el despertar de la adolescencia, por ejemplo, quería desvincularse de todos los lugares por los que había transitado en su infancia, exigían una toma de decisiones: si pensar en un internamiento o que la abuela continuara haciéndose cargo del chico apoyada por los profesionales. El equipo apostó porque continuara en la familia a la vez que se pensó en un centro educativo que pudiera dar contención a su malestar e incorporar profesionales nuevos que contemplaran su demanda de hacerse mayor.
Tener ideales es interesante siempre y cuando no aplasten nuestro deseo con su peso, por eso pienso, no se puede replicar una experiencia, pero uno puede inspirarse en el recorrido que han hecho otros.
Espero que esta formación os sirva
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“La atención integrada desde la construcción de un proceso de relación. La experiencia de Vilanova i La Geltrú”. Arantza Rodríguez Juano. Trabajadora Social. Coordinadora de proyectos y trabajo en red de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú. arodriguezj@vilanova.cat